El Ecuador es excepcionalmente rico por la diversidad de ecosistemas que posee y por la presencia de una importante masa boscosa en diferentes ubicaciones geográficas, que le permiten ser uno de los países más diversos del planeta. Sin embargo, la carente aplicación de políticas consistentes respecto a la conservación y al manejo de los bosques ha permitido que este importante recurso se siga perdiendo y que los bosques nativos sigan siendo afectados por una irracional explotación maderera y por procesos de colonización desordenada con la consecuente ampliación de la frontera agrícola.
La principal causa de la pérdida de cobertura es el cambio de uso de suelo (principalmente la deforestación que es un proceso de conversión antrópica del bosque en otra cobertura y usos de la tierra). Según Mapa Histórico de Deforestación del MAE 2015 indica que la tasa anual de cambio de cobertura boscosa en la parte continental del país (sin contar con el área donde no se tiene información) es: -0,65% (92.742 ha/año) para el período entre 1.990 y 2.000, -0,58% (77.748 ha/año) entre 2.000 y 2.008, -0,37% (47.497 ha/año) entre 2.008 y 2.014. Según estadísticas del MAE, para el período 2007-2010, de la madera autorizada para aprovechamiento, el 58,5% correspondió a plantaciones forestales, el 14,1% a bosques naturales y el 35,7% a árboles regenerados naturalmente en cultivos o potreros y a árboles relictos (Palacios y Quiroz, 2012).
En términos macroeconómicos, la contribución del subsector forestal a la economía nacional por lo general no refleja la contribución real de este subsector a la economía, dado que en la metodología del Sistema de Cuentas Nacionales (SCN), no se incorpora adecuadamente a varios productos como fuentes de agua, biodiversidad, secuestro de carbono (Carrión y Chíu, 2011).
Con la Constitución del año 2.008 que declara a los recursos forestales y a la biodiversidad como recursos estratégicos, frente a la necesidad del país de dar respuestas al cambio climático. Además de haber formulado incentivos a nivel nacional a través de planes y programas como el Programa Socio Bosque que motivan la restauración forestal en el país. En base a lo expuesto, la provincia de Napo tiene como objetivo principal promover la conservación y uso sostenible de la biodiversidad, detener y revertir la degradación de tierras y la deforestación, y mejorar el manejo de los bosques en de la provincia.
Dentro de las metas principales al 2019 se ha propuesto restaurar 1.500 hectáreas a través de estrategias de coordinación y articulación que promueven el trabajo interinstitucional y complementario entre los diversos actores de la gestión forestal de la provincia.
Para guiar el proceso de restauración forestal ha generado una propuesta Metodológica y Tecnológica de Restauración Forestal que ayuda a mejorar los ecosistemas y servicios ambientales existentes, así como a proteger y conservar las áreas restauradas.
Se utilizan herramientas de monitoreo de áreas, en donde se recopila la información y genera informes con diversas variables del proceso, como el presente reporte de áreas restauradas en Napo a nivel cantonal y parroquial, por tipo de restauración (activa y pasiva) y nivel de implementación (individual o colectiva/comunitaria).